A pesar de liderar la producción en la UE, Francia aspira a revertir su posición como gran importador uniendo a las partes interesadas e impulsando la innovación.
El sector francés de algas tiene una nueva dirección estratégica, presentada por Agnès Pannier-Runacher en el Salón Agrícola de París.
La industria se enfrenta actualmente a una importante paradoja: si bien Francia ocupa el primer puesto como productor de algas en la Unión Europea, al mismo tiempo es el segundo mayor importador mundial de estos recursos.
Para abordar este desequilibrio y fomentar la colaboración entre los diversos actores involucrados —que abarcan el cultivo de cianobacterias, microalgas y macroalgas, la recolección silvestre, la producción inicial y el procesamiento posterior—, el gobierno francés ha desarrollado una hoja de ruta nacional para el avance del sector, según informó Marielle MARIE de Produit de la Mer (PDM).
La fragmentación del sector es evidente en áreas como el requisito de afiliación a una organización profesional, que actualmente solo se aplica al cultivo marino. Además, los mercados que utilizan algas son diversos, incluyendo la alimentación humana y animal, la cosmética, la salud, los productos farmacéuticos, la agricultura, los materiales de origen biológico y las biorrefinerías. Cabe destacar que el mercado de la alimentación humana sigue estando infraexplotado, en gran medida debido a la escasa aceptación del consumidor. La hoja de ruta identifica la necesidad crítica de abordar esta situación facilitando el acceso a datos técnicos, económicos y científicos e impulsando las iniciativas de investigación y desarrollo. Este enfoque debería conducir a una mayor asignación de recursos a organizaciones de investigación clave, como Ceva (Centro de Experimentación y Valorización de Algas), considerado un socio crucial para el apoyo a las empresas.
La hoja de ruta también enfatiza la necesidad de apoyo financiero para que las empresas emergentes puedan convertirse en empresas estables y rentables, junto con el desarrollo de programas de formación profesional específicamente diseñados para el sector de las algas. Para superar estos desafíos y liberar todo el potencial del sector, la hoja de ruta describe cinco ejes estratégicos clave: mejorar la gobernanza y el marco regulatorio, reforzar la competitividad de las empresas, desarrollar el conocimiento y racionalizar los estudios y proyectos científicos y técnicos, fomentar la aceptación de los productos a base de algas por parte de los consumidores y promover la excelencia francesa en este campo.