Las algas cultivadas absorben grandes cantidades de carbono en su forma inorgánica disuelta (CID), liberando oxígeno y proporcionando servicios ecosis
Algas Cultivadas y el Carbono Azul: ¿Hype o Promesa Real para la Lucha Climática?
NORUEGA
Wednesday, June 25, 2025, 00:10 (GMT + 9)
Investigación de SINTEF Desvela el Potencial del Cultivo de Algas Marinas como Sumidero de Carbono, Aunque Aún Restan Incógnitas sobre la Cuantificación
OSLO – La creciente atención sobre el "carbono azul" proveniente del cultivo de algas marinas ha puesto el foco en su potencial para mitigar el cambio climático. Un nuevo estudio liderado por SINTEF, la organización de investigación noruega, profundiza en cómo las algas marinas cultivadas pueden contribuir a la captura de carbono, arrojando luz sobre las complejidades de cuantificar este proceso y sus beneficios adicionales.
Si bien la idea de las macroalgas como sumideros naturales de dióxido de carbono (CO2) se reconoció hace más de 40 años, la discusión sobre el flujo de carbono y las oportunidades de secuestro de las algas cultivadas es más reciente. Aunque el cultivo de algas por sí solo no resolverá el cambio climático, "como cultivo que aún estamos aprendiendo a utilizar, tiene una buena ventaja", señala la investigación de SINTEF.

Crecimiento de Saccharina latissima en abril (izquierda) y colonias de briozoos extendiéndose por la lámina en junio (derecha), lo que provoca que las algas sean frágiles y se erosionen fácilmente en las instalaciones de cultivo. Foto: SINTEF.
Las algas marinas son una biomasa versátil de rápido crecimiento que no requiere fertilizantes, pesticidas ni agua dulce. Ofrecen una multitud de aplicaciones, desde alimentos y piensos hasta bioplásticos y productos de eliminación de dióxido de carbono (CDR). Además, los cultivos de algas marinas atraen una alta biodiversidad y filtran el exceso de nutrientes inorgánicos del agua de mar, liberando oxígeno a través de la fotosíntesis.
Desafíos en la Cuantificación de la Pérdida de Carbono
El estudio de SINTEF se centra en cuantificar el carbono orgánico que se pierde de forma natural en una granja de algas marinas, en qué forma se presenta (particulada o disuelta, lábil o recalcitrante) y cómo esto puede incorporarse a las estrategias de cultivo.

Representación esquemática de los principales procesos investigados en este estudio: absorción y almacenamiento de carbono (y nitrógeno) en el estípite (S), el meristemo (ME), la lámina media (ML) y la lámina distal (DL); crecimiento de la longitud de las algas, erosión (pérdidas de POC) y exudación (pérdidas de DOC). Modificado de Broch et al., 2019. Fuente: Pérdidas de carbono orgánico disuelto y particulado en granjas de algas marinas de alta latitud.
Según la investigación, la biomasa de algas marinas pierde continuamente pequeños fragmentos de biomasa y carbono ligado a la biomasa al entorno circundante. Un trabajo doctoral en curso apunta a cuantificar estas pérdidas. Los datos de despliegues de otoño e invierno de Saccharina latissima (kelp de azúcar), monitoreados en las instalaciones de investigación de SINTEF Ocean en Skarvøya, Hitra, durante dos años consecutivos, muestran que entre junio y julio, hasta el 45-65% del CO2 absorbido por el kelp se liberaba pasivamente al océano como partículas de algas y compuestos orgánicos disueltos (DOC).
La Dra. Sissel Albrektsen, investigadora principal de Nofima, explicó en estudios previos que la pérdida de carbono particulado y disuelto depende del momento de la siembra y de la cosecha de la biomasa. En promedio, por cada tonelada de kelp cosechado en abril, junio y julio, se perdieron 8, 18 y 28 kg de carbono al medio ambiente, respectivamente.

Estudio de la liberación de carbono orgánico disuelto durante un período de 24 horas en una plantación de invierno (fila superior), una plantación de otoño (centro) y controles de agua de mar (inferior). Foto: SINTEF.
El Santo Grial: Carbono Orgánico Disuelto Recalcitrante (RDOC)
La clave para el secuestro de carbono reside en el carbono orgánico disuelto recalcitrante (RDOC), una forma de carbono resistente a la degradación que puede permanecer fuera del intercambio atmosférico durante cientos o miles de años. Los microbios descomponen el carbono orgánico particulado y disuelto en estas formas más recalcitrantes.
Según la literatura científica, entre el 5% y el 78% del DOC liberado por las macroalgas es refractario (RDOC), y una fracción adicional de carbono orgánico particulado puede convertirse en RDOC. La investigación de SINTEF está generando los primeros datos sobre la composición del DOC de Saccharina latissima, una de las algas más cultivadas en Europa, un área con una variabilidad significativa y métodos aún no estandarizados.

Pérdidas de carbono orgánico particulado y disuelto en granjas de algas marinas de alta latitud con una capacidad de producción de 500 t. Los valores son promedios para 2022-2023 en relación con el C-NPP (%) y los volúmenes de biomasa, para diferentes épocas de cosecha y mercados objetivo. Las toneladas de carbono en la biomasa cultivada corresponden al carbono que queda en el tejido de las algas marinas después de contabilizar las pérdidas en un ciclo de cultivo. Fuente: Neves et al., 2025. Haga clic sobre la imagen para ampliarla
Implicaciones para la Política y el Futuro de la Industria
Estos hallazgos son cruciales no solo para el conocimiento de los procesos naturales y el monitoreo del impacto ambiental, sino también para informar a los tomadores de decisiones y reconocer la contribución activa de la industria del cultivo de algas marinas a la sociedad y el medio ambiente.
Japón ya ha incorporado oficialmente las algas marinas en su contabilidad nacional de gases de efecto invernadero, con "créditos J-Blue" valorados en alrededor de 400 USD por tonelada de CO2. Estos créditos no son exclusivamente de carbono, sino que son "apilables" para tener en cuenta otros servicios ecosistémicos que, aunque existentes, son difíciles de cuantificar.
La pregunta que ahora se plantea es si Noruega puede seguir el ejemplo de Japón para crear un sistema de contabilidad de carbono(+) coherente y creíble, y si se materializará la voluntad política para apoyar incentivos financieros que regresen a los cultivadores de algas marinas y a aquellos que restauran los bosques naturales, ayudando a que estas actividades crezcan de manera sostenible.
Este trabajo forma parte de la tesis doctoral "El Cultivo de Algas Marinas como Solución Climática Positiva" (RCN 323324), financiada por el Consejo de Investigación de Noruega.
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