Cuando miras las cifras, es obvio que España habla en serio sobre los productos del mar.
La flota pesquera del país cuenta con la capacidad más alta de la UE y sus buques pescan en todos los océanos del planeta.
España también tiene una de las tasas de consumo de pescado más altas de la UE: 46,5 millones de personas que consumen en promedio 45 kg de pescado por persona cada año.
En 2016, España produjo 1,2 millones de toneladas de productos pesqueros silvestres y de piscifactoría, y casi la mitad de esa cifra nuevamente se tuvo que importar para satisfacer el apetito español.
Sin embargo, a pesar de la creciente conciencia entre los consumidores, aún queda mucho por hacer para que España pueda reclamar una cadena de suministro responsable y sostenible.
Para un país con tal tamaño de mercado, es vital que todos los productos del mar vendidos en España provengan de fuentes sostenibles, con total trazabilidad, transparencia y no dudar que no se haya servido pescado ilegal en los platos españoles. Entonces, ¿qué se necesita para lograr esto?
La respuesta radica en la colaboración de los jugadores del sector: la industria pesquera, los supermercados y los minoristas, los gobiernos nacionales e internacionales, las ONG y, por supuesto, los propios consumidores tienen un papel que desempeñar para contribuir a una mayor sostenibilidad de los productos del mar.
El trabajo ya está en marcha: la industria pesquera y los principales minoristas en España han comenzado a trabajar en medidas de sostenibilidad de productos pesqueros y muchos supermercados tienen políticas de abastecimiento de productos del mar públicamente disponibles. Pero hay más por hacer.
Durante el último año, ClientEarth ha estado estableciendo una plataforma precompetitiva para todos los minoristas y sus organismos representativos. Esta es una gran oportunidad para trabajar en las prioridades ambientales, como un grupo precompetitivo que trabaja en conjunto hacia un objetivo común: que España sea líder en la venta de productos de mar sostenibles.
Hay precedencia de que tal colaboración funciona. En 2011, ClientEarth publicó un informe condenatorio sobre el estado de la industria pesquera británica que reveló una desconcertante variedad de declaraciones ambientales sobre productos pesqueros, lo que generó un panorama confuso que impidió a los consumidores tomar decisiones informadas.
Después de estas revelaciones, la industria del Reino Unido trabajó con ClientEarth para establecer la Sustainable Seafood Coalition, una alianza voluntaria de empresas de productos del mar que se unieron para acordar un código de conducta. Este código garantiza una mayor transparencia para que los clientes sepan de dónde vienen sus productos del mar, y ofrece credibilidad a los minoristas a través de un etiquetado mejorado.
En la actualidad, aproximadamente tres cuartas partes de los productos del mar que se venden en los supermercados del Reino Unido ahora están etiquetados y se obtienen de manera responsable.
No hay ninguna razón para que los resultados no sean posibles para el mercado español. Solo necesitamos más transparencia, más responsabilidad y estándares más altos para la sostenibilidad y el comportamiento responsable.
Las empresas deben liderar el cambio antes de que sea demasiado tarde; comencemos a desarrollar estos estándares más allá de la legislación. La industria también puede apoyar y colaborar con los pescadores que están trabajando para mejorar la actividad pesquera, en un Proyecto de Mejoramiento Pesquero (FIP) creíble.
Liderar este cambio significa que las empresas asuman la responsabilidad social corporativa tanto para los clientes como para el planeta. Mientras tanto, todos podemos ayudar a mejorar la salud de nuestros mares, al pensar en nuestras elecciones y exigir una mayor transparencia y sostenibilidad.
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