Imagen: Revista Puerto / FIS
Lafuente Matos, Langostino: ´Se renegociará a la baja o tendremos que dejar de trabajar´
(ARGENTINA, 10/11/2023)
De cara a la temporada de Rawson hablamos con Buenaventura Lafuente Matos sobre los desafíos que se presentan para el langostino fresco a nivel interno y de cara a un mundo que no está dispuesto a pagar lo que vale este crustáceo salvaje y natural. Los cambios que requiere el producto congelado y las dificultades que presentará aplicarlos son parte de esta entrevista.
Buenaventura Lafuente Matos es el gerente general de Estrella Patagónica, empresa que se generó luego de su separación de Pescapuerta, por lo que con cambio de razón social lleva más de dos décadas en la Patagonia. Ventura Lafuente, como se lo conoce en el sector, fue presidente de CAPIP y tiene una vasta experiencia en el sector, primero del congelado y luego en el procesamiento de diferentes especies como la merluza, el calamar y en el último tiempo se ha consolidado como uno de los procesadores de langostino con mayor número de operarios en Puerto Madryn. Los cambios que se observa deberá enfrentar la comercialización del langostino implican reestructuraciones a nivel interno que no serán fáciles de lograr; para nuestro entrevistado, tanto en el mercado del congelado como en el fresco, esos cambios exigirán acuerdos para poder adaptarse a un mundo en el que la gente no quiere gastar dinero: revisión de convenios laborales, del plan de manejo y renegociación del precio del langostino fresco.

Fuente: Estrella Patagónica
REVISTA PUERTO: ¿Qué cambios de los que se están barajando considera debieran encararse primero para buscar una solución a la caída de demanda del langostino congelado?
BUENAVENTURA LAFUENTE: Siempre que hay una crisis se piensa en cambios, algunos piensan que hay que hacer un producto de mayor valor agregado, lo que va asociado a un mayor costo agregado, con lo cual es difícil. Otros creen que hay que cambiar la forma de trabajarlo en envases más chicos y eficientes; otros que se tienen que cambiar ciertas políticas en los barcos y las plantas, hasta se mezcla el tema de ordenar el caladero con la cuotificación. Hay opiniones de todo tipo y quizás lo que hay que hacer es un conjunto de todo. Es cierto que nosotros debemos hacer en origen un producto con mayor valor agregado, eso nos va a ayudar, pero las variables locales que tenemos nos ponen muchas dificultades para llegar ahí. Los problemas que tiene el país, problemas laborales, es algo que hay que superar para tener un producto más vendible, más de góndola y después quizás hay que darle un repaso a toda la política de ordenamiento del caladero, que ya se hizo en su momento. Hay que ir actualizando ese plan de manejo.
RP: ¿Es factible llegar a una revisión de los convenios laborales para adaptarse a las exigencias del mercado?
BL: La revisión de los convenios no hay dudas de que es algo necesario, factible… lo veremos, porque lo que nosotros hacemos es una negociación con los sindicatos y ellos tienen que estar dispuestos a lo mismo, a negociar. Si imponen unas condiciones tales que no podamos cumplir esa negociación, bueno, diremos que sí porque es lo que las empresas ha hecho históricamente y lo que nos ha dejado hoy en esta situación. Nosotros podemos mostrar cómo está el mercado, cómo está el mundo, cómo está el langostino, cuáles son nuestros costos, pero necesitamos que de la otra parte se reciba y se comprenda, si eso fuese así podríamos llegar a un acuerdo. Es necesario porque si no, en algún momento, habrá que parar de producir y eso no es bueno para nadie. Esto respecto del langostino de a bordo, que ya es un producto que alcanza una calidad importante porque se hace a bordo, dos kilos, acomodado; posiblemente necesite alguna modificación, pero esa caja sirve tanto para un ama de casa como para un mayorista. El producto es amplio, los problemas de mercado no creo que se deban a esto, aunque se podría pensar en envases menores porque en un momento de crisis en el que la gente no quiere gastar mucho dinero, no es lo mismo comprar un envase más pequeño, aunque en dinero absoluto sea lo mismo.
RP: El langostino fresco tiene demanda, pero el precio entró en una curva a la baja.
<-- Foto: Pescar
BL: Con el langostino de tierra pasa en parte lo mismo, íbamos bien, creamos las plantas, el empleo que se necesitaba porque requiere una mano de obra intensiva, se hicieron las inversiones, se sacó rendimiento, pero ahora la participación de los distintos actores de la cadena comió el beneficio de las plantas. Las plantas ponen el capital, el resto de la cadena hace su negocio que es totalmente lícito, pero comieron la parte de la torta que le tocaba a la planta. Es necesario que exista comprensión de los distintos eslabones para negociarlo.
RP: ¿Hay posibilidad de renegociar el precio del langostino para las plantas?
BL: Creo que se renegociará a la baja porque si no muchos vamos a tener que dejar de trabajar. Si vamos a perder dinero, eso puede pasar una temporada, puede pasar dos, para no perder mercados, para no perder clientes, pero la tercera no va a pasar porque nadie está dispuesto a perder dinero durante tanto tiempo. Creo que irá a la baja porque faltará demanda y dará vuelta la ecuación. Entiendo que por ahí se podría empezar a arreglar el tema, donde hubiese un precio razonable y estuviese en consecuencia con el precio de venta del mercado. Los armadores tienen una expectativa alta de precio, pero en la temporada en aguas nacionales no hubo muchos barcos, trabajó muy poca gente, casi todos hicimos menos producción que el año pasado por esta combinación de factores. Si llegamos a un precio razonable se hará; y si no, se producirá menos o nada.
RP: ¿Es necesario pensar en una regulación del volumen de captura para no abarrotar el mercado y bajar más el precio?
BL: No creo que se pueda hacer, el producto está saliendo, pero barato porque la gente no puede pagar más, en este momento sabemos que el mundo está mal y nos consta que es así, entonces vamos a tener que arreglar nuestros números si queremos que la máquina siga. No olvidemos que todo esto tampoco es una cuestión de vendedor y comprador, en el medio hay muchos puestos de trabajo y todos deberíamos pensar un poco en eso.
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Fuente: Archivo FIS
RP: ¿Hay otra forma de competir con sustitutos como el vannamei que no sea bajar el precio?
BL: Nosotros tenemos un langostino de calidad que si lo comparamos con otros vale mucho más; pero no todo el mundo piensa así, porque eligen estos sustitutos. Estamos inmersos en una situación complicada en ese sentido, tenemos que ajustarnos al precio que el cliente puede pagar porque si no compra es porque no lo puede pagar. La cuenta más clara que tenemos en eso es la de los japoneses, que tienen una bandeja que ofrecen al mercado en la que participa el langostino junto a otros productos; esa bandeja tiene un precio porque saben que, si suben el precio, no lo venden, entonces lo que hacen es cambiar un producto más caro por uno más barato. En consecuencia, tenemos que bajarlo de precio para poder seguir en esa cajita. Eso pasa en Japón, pero con cajita o sin cajita pasa en todo el mundo; el tema es que si nosotros bajamos más el precio no nos dan los costos. Pero nosotros no somos formadores de precios, lo que nos pagan lo tenemos que asumir, sobre todo teniendo un competidor tan fuerte como el vannamei, por eso el resto de la cadena tendría que asumir ese precio también y creo que la tendencia va para ahí.
Autor: Karina Fernández | Revista Puerto
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