Foto: Alfonso Miranda Eyzaguirre/Facebook

Congreso, ¡basta ya!

PERÚ
Saturday, May 04, 2024, 22:00 (GMT + 9)

La Ley 31749 aprobó, entre otros temas, una renovada categorización de las actividades pesqueras comerciales, discriminando entre pesca artesanal y pesca de menor escala, según la preeminencia o no de la labor manual.

También estableció acciones para preservar las primeras cinco millas marinas. Surgió de la convergencia de siete iniciativas legislativas de distintas facciones parlamentarias, y obtuvo la aceptación unánime por parte del Congreso. Contó con el respaldo de las organizaciones de pescadores artesanales de todo el litoral y su conformidad técnica fue corroborada al ser promulgada por el Ejecutivo, sin ninguna objeción, el 19 de mayo de 2023.

A los pocos meses, los congresistas Darwin Espinoza y Lady Camones, presentaron sendas propuestas legislativas que modificarían la esencia de esta ley. Ambos proyectos buscan regresarnos a una definición genérica de lo que es la pesca artesanal, en la que se mezclan múltiples actividades en un solo concepto, lo que impide un manejo específico. En concreto, propician que no se pueda diferenciar a actores que realicen una escala de pesca de mayor intensidad de aquellos que la desarrollan con menor impacto. Eso va en contra de la tendencia de ordenamiento pesquero moderno, porque impediría que a cada tipo de embarcación se le diseñe unas reglas específicas a la escala de lo que demanda su realidad. En el contexto actual de nuestras pesquerías, que requieren una reclasificación que permita hacer una conducción más fina, absurdamente se propugna todo lo contrario.

Congresistas Lady Camones y Darwin Espinoza

Una de las propuestas aspira dejar la puerta abierta a hacer excepciones para permitir a cada gobierno regional, decidir si autorizan o no hacer arrastre de fondo dentro de las cinco millas. Ambos proyectos eliminan la prohibición del arrastre de cerco mecanizado dentro de las 3 primeras millas náuticas. Desconocen el riesgo que generarían en una zona sensible para la biodiversidad marina.

Los mencionados congresistas buscan directamente regresar al estado anterior de las cosas, y derogar en la práctica, la ley que hace un año aprobaron todas las bancadas. Ojalá esta columna alerte a quienes no dominan el tema y disuada a los que conociéndolo, se pondrían de espaldas a miles de pescadores artesanales, muchos de los cuales votaron por ellos y hoy esperan que actúen a la altura de su responsabilidad. Despropósitos de esta naturaleza podrían ser la gota que derrame el vaso del rechazo, a un parlamento que ha permitido hacer cada vez más profundo el hoyo en el que podrían ser sepultados por la historia.

Por otro lado, si quisieran ayudar a mejorar la situación, podrían plantear otros anhelados cambios como el establecimiento de esquemas participativos para avanzar hacia el comanejo de la pesca artesanal. También se esperaría que fiscalicen el cumplimiento de la normativa para proteger el mar peruano del ingreso a puertos nacionales de flotas calamareras extranjeras sin control satelital, lo que ocurre sin ninguna objeción por parte de los congresistas. Si el objetivo fuera promover el consumo humano de anchoveta, que fue desactivado hace más de una década, tendrían que hacerse las reformas que lo tornen ciertamente viable, pero no utilizando este mecanismo que será incapaz de tener éxito como se ha venido demostrando. En fin, exigirían que el Ejecutivo reglamente esta ley, lo que no se cumple hasta ahora a pesar de haberse excedido largamente el plazo fijado.

La nueva administración del Ministerio de la Producción tiene el enorme reto de liderar la modernización de la pesca artesanal, culminar su formalización, adecuar sus desembarcaderos y defender su categorización. El Congreso debería demostrar coherencia, este sería un buen comienzo.

Autor/Fuente: Alfonso Miranda Eyzaguirre / Expreso

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